Que es la migración y que representa
para cada nación, ¿un problema difícil de manejar? O ¿una ayuda para su
desarrollo?, o ¿hasta qué punto es positiva? y ¿cuando se convierte en un
problema para los países que la padecen? La migración humana es sin duda un fenómeno
mundial que precede a la formación de los estados modernos por miles de años, pero
hoy para algunas naciones esta migración representa un grave problema, mientras
que otros países la requieren e incluso desarrollan políticas enfocadas a la
atracción de esos migrantes que en otros sitios no son bienvenidos.
Pero en ningún
caso son bienvenidos cualquier tipo de migrantes, cada país define a quienes
necesita y por cuanto tiempo para desarrollar sus políticas al respecto de modo
que si bien a un profesionista o a un ejecutivo de alto nivel, un inversionista, o un artista son general
mente bien recibidos, el migrante sin conocimientos o capacitaciones adecuadas
las tiene muy complicadas para poder hacerse de un lugar en aquellos sitios,
por otro lado esta clase de migrantes de baja capacitación, son recibidos
general mente por temporadas especificas y regresados a sus países mientras que
otros buscan llegar y/o quedarse de manera ilegal en los sitios en donde las
oportunidades son o al menos parecen mejores que en sus lugares de origen.
Pongamos
dos ejemplos en la región de nuestro interés. Norteamérica tiene los dos
extremos. Por un lado Estados Unidos que siendo la nación más poderosa de la
tierra la cuarta nación en tamaño por su extensión territorial con 9´826,675 km2, más de 310 millones de habitantes censados, y
una de las regiones tradicionalmente más pujantes económicamente hablando,
atrae a miles de migrantes cada año, la mayoría llegan a su territorio de forma
ilegal y consiguen vivir de forma deplorable hacinados, con sueldos muy por
debajo del mínimo legal en el país. Aun así para la mayoría de estas personas
esta terrible alternativa significa una oportunidad de mejorar su calidad de
vida y la de sus familias comparativamente hablando en relación con lo que
tienen en sus lugares de origen, y representan para aquellos que los emplean
mano de obra barata y sin derechos laborales, lo que los hace sujetos a abusos
sin la posibilidad de una defensa legal justa ya que quejarse de su empleador
muchas veces le implica no solo la pérdida del empleo si no el riesgo de ser
deportados lo que les representa un riesgo inaceptable dada la condición irregular
en que se encuentra. Esto hace que los empleadores que se aprovechan de su situación
ganen más y paguen menos que si contrataran trabajadores locales a quienes tendrían
no solo que pagarles un sueldo completo si no otras prestaciones a las que
tienen derecho por ley.
Por
otro lado tenemos a Canadá, en este caso el segundo país más grande del mundo
con una extensión territorial de 9´984,670 km2, y una población de solo 35´151,728 habitantes, es la segunda
economía de la región y uno de los países más poderosos de la tierra miembro
del G8, pero Canadá tiene, no uno sino más de setenta diferentes programas de inmigración
permanente enfocados a las distintas necesidades de cada una de las provincias así
como de los requerimientos propios de las empresas canadienses, pero también atrae
profesionales del arte, cultura y deporte. Adicionalmente cuenta con programas
de trabajadores temporales y de refugiados. Canadá recibe anualmente más de un
cuarto de millón de migrantes de forma legal. Pero es muy estricto en sus políticas
contra el fraude y la inmigración ilegal, prohibiendo de manera permanente el
ingreso a su territorio de cualquiera que incurra en este tipo de conductas.
Canadá necesita de esos migrantes y promueve las políticas necesarias para
hacerse de la gente que necesita, pero no es un proceso fácil ni se recibe a
todos lo que quieren, el proceso es largo y cansado, el objetivo es alcanzado por
pocos y sin embargo queda claro que hay oportunidades para aquellos que lo
soliciten y estén dispuestos a seguir el procedimiento así como a esperar los
tiempos y prepararse para las oportunidades que Canadá ofrece.
Aquí
hemos podido ver dos caras de la misma moneda, la cuestión es que no todos los
que sueñan con migrar tienen la oportunidad o las condiciones para hacerlo de
manera legal, y para muchos las alternativas al riesgo de vida que la migración
ilegal ofrece, es el hambre, el desempleo, la inseguridad y en ocasiones también
la muerte en sus propios países.
Entonces podemos decir que las
migraciones humanas si representan apoyo y riqueza tanto para los migrantes
como para los países que los reciben, pero también significan problemas,
riesgos y muerte para ambas partes. La cuestión es que impedirla solo agrava el
problema, lo mejor sería regularla y ofrecer oportunidades reales para quienes
la buscan no solo en los países que requieren de estos migrantes, sino también para
aquellos que expulsan por miles o millones a sus propios ciudadanos, que no ven
en su propia tierra esperanza ni oportunidad de progreso.
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